Doble  miseria: carnaval y su presentadora:
El carnaval grantabaibero,  promociona a artistas caducas, que exportan desde espakistania, para todo el  mundo televisado, que verá a la Ana del Obregón ese, como si fuera nuestra, y  ello, cuando tenemos a grandísimas tabaiberas, que lo harían con el rostro y  belleza de aquí, con la gracia y simpatía de aquí, y con el buen hacer de  aquí..., de cualquiera de las muchas que tenemos, por no decir de todas las que  hay, están y son. 
No  comprende uno, desde el gran tabaibal, se intente resucitar a cadáveres del  pasado, como la coleccionista esa de novios-maridos, que venga a ser nuestra  bandera a nivel mundial, cual si fuera nuestra y de aquí. Y no sabe uno, ¿por  qué diablos, teniendo a la mujer más hermosa del mundo -todas las tabaiberas-, y  ello según lo dijera Le Canarien, en 1402: “... irán al mundo entero, y no  encontrarán a gente de más lindo entendimiento, ni de mayor belleza física,  tanto hombres como mujeres...” (¡parece no se han enterado!), y siendo esto  así, se van a espakistania a buscar restos y carrozas -¡no he dicho “carroña”,  que también!-
¡Qué  pena! Que este complejo de inferioridad, haya calado tan hondo, y los lleven a  buscar en el pasado esperpéntico espakistaní, a esas viejas glorias, que por  enseñar el entre-pecho caído, y los muslos secos, además de la dentadura  postiza, en el careto mil veces retocado en cirugías plásticas, y cargado de  pinturas, cremas y grasas, sin más mérito que el de levantar la pierna a altura  del hombro, se traigan a eso en despecho de todo lo  nuestro.
No deja  de ser un desprecio y un insulto a la mujer tabaibera (antes canaria), la misma  que por dignidad y si tuviera pundonor, ninguna fémina fuera a verla e incluso  los varones; pues si así minusvaloran lo nuestro, no debiésemos ir a aplaudir a  nadie de fuera, que no le llega a las nuestras ni a al tobillo. Esto, solo pasa  aquí, en una república bananera, que es en lo que nos tiene convertido esa  madrastra que es espakistania; que después de haber dado a luz, hace seis  siglos, sigue sin cortarnos el cordón umbilical, y es algo que está demasiado  podrido, y huela fatal. Por eso, las basuras que nos traen (comida,  administrativos, “artistas”, etc.).
Solo  cabe ya, una pregunta: ¿por qué nos pasa eso a nosotros?; ¿dónde otro caso  igual?, ¿cuándo este pueblo, va a reaccionar, con una gran pitada, con una  negativa a asistir, ¡con tirar tomates no, porque no los tenemos -de las dos  clases-, a no ser nos los mande mar-ruecos. Total, que además del derroche del  dinero: viaje, hotel, comida, cama, actuación, excursiones, etc., etc. cuando  hasta gratis, lo hiciera cualquiera de las nuestras, y la promocionaríamos y  lanzaríamos al mundo como algo nuestro, y no algo ya rancio, caduco,  inmoral...
Y,  haciendo mención al título (las dos desgracias: la primera ya contada, aunque la  primerísima es el mismo carnaval), la otra ruina (moral y demás), es un carnaval  descarnavalado, al ir y venir antes y después de tiempo, por no celebrarlo, como  todo el mundo, sino primero aquí, más después allí, y así tres meses de una  fiesta que en el calendario marca solo tres días. Es -también por esto- un  desmadre...